sábado, 18 de septiembre de 2010

LECTURA POSIBLE / 12

EL PASEO

“Declaro que una hermosa mañana, ya no sé exactamente a qué hora, como me vino en gana dar un paseo, me planté el sombrero en la cabeza, abandoné el cuarto de los escritos o de los espíritus, y bajé la escalera para salir a buen paso a la calle.”
.
Así empieza una de las narraciones más bellas e innovadoras del siglo XX, de segura actualidad hoy y no menos segura pervivencia en el futuro: El paseo, de Robert Walser, de la que el lector en castellano dispone de una excelente traducción debida a Carlos Fortea (Siruela, 1996). En las 79 magistrales páginas de este relato o novela corta, Walser consiguió un milagro de virtuosismo narrativo, de sencillez, de ironía, de profundidad psicológica y de humor, todo lo cual coloca a El paseo, sin exageración, a la altura de los mejores relatos con héroe andariego: el Quijote cervantino o el Ulises de Joyce.
.
El mismo Walser, que en sus escritos recurrió a menudo a referencias y alusiones autobiográficas, es quien da este memorable paseo narrado en primera persona y quien, como en un viaje iniciático, debe recorrer una serie de estaciones que el paseante evoca más tarde con un estilo que es una exquisita parodia del lenguaje jurídico (de ahí el inicial “declaro”). Walser describe el encuentro con un profesor; visita una librería en la que pide que le muestren el “libro exitosísimo” del momento (que al final no compra); se presenta en un banco y se entera de que unas amables señoras han depositado cierta cantidad en su cuenta; se subleva ante el mal gusto con que anuncia su negocio un panadero; se encuentra con unos niños que juegan en la calle; lanza una diatriba contra los automóviles, ya que “es divinamente hermoso y bueno, sencillo y antiquísimo, ir a pie”; conoce a una mujer a la que atribuye, equivocadamente, el oficio de actriz y a la que dirige un largo discurso; tropieza con el gigante Tomzack, personaje “fúnebre y horripilante”; es seducido por el canto armonioso de una joven, a la que exhorta a perseverar en su afición cantarina; es invitado a almorzar por su amiga la señora Aebi; echa una carta al correo; acude a una sastrería donde le están haciendo un traje y discute acaloradamente con el sastre; se presenta en una oficina de Hacienda para comunicar al funcionario de turno que “como pobre escritor y plumífero disfruto de unos muy cuestionables ingresos”, y pedir que “estime mi capacidad de pago tan bajo como sea posible”; etc. Finalmente, el paseo de Walser se convierte en un paseo por la vida, o, como dijo Kafka refiriéndose a otro héroe walseriano: “¿Acaso Simon Tanner no vagabundea, nadando en la felicidad, para no producir nada, a no ser el goce del lector?” Y es que el vagabundear es caprichoso y a la vez inútil, benéfico para la salud, pero sobre todo libre. Pues sucede que estos caminantes incansables, siempre dispuestos a interpelar a todo lo que se encuentran, ya sean personas, animales o cosas, aman todo lo que ven y oyen, y, como caballeros andantes, no dudan en involucrarse en las aventuras que el paseo les ofrece.
.
Si es cierto que Kafka, según escribió Hanna Arendt, es el autor del que no puede prescindir nadie que se llame moderno, también lo es que Kafka no habría sido él mismo sin Robert Walser. Pues este suizo nacido en 1878, que fue dueño de una escritura original e inconfundible, cuya vida de escritor en activo fue breve, es uno de los autores más influyentes en lengua alemana. Su obra, no obstante ser todo un monumento, es exigua, ya que fue víctima de un trastorno mental que empezó a manifestarse en 1925 y que pronto le inutilizó para la literatura, ingresando primero en el manicomio de Waldau y más tarde, en 1933, en el de Herisau, donde fallecería en 1956.
.
El paseo se despliega ante el lector como una fantasía o improvisación musical, cuya compleja estructura sólo salta a la vista tras detenido examen. Los temas de la composición son apenas enunciados y a veces es preciso que pasen varias páginas hasta que llegan a desarrollarse. Del mismo modo, algunos temas ya expuestos tienen una ulterior reexposición en la que aparecen modificados, observados desde otro punto de vista. En este proceso musical hay gran variedad de registros, desde el épico hasta el humorístico, y el mismo se resuelve finalmente en un tono menor, lírico y melancólico. No creo que exista otra pieza literaria que haya sido escrita tan musicalmente. Por el mismo motivo, no hay otra narración tan decididamente vanguardista y a la vez de tan fácil, amena lectura; tan carente de pretensiones en apariencia y tan ambiciosa en el fondo. Rasgos, por otra parte, que son comunes a toda su obra, de la que al menos hay que mencionar algunas de sus novelas, todas ellas obras maestras: Los hermanos Tanner, Jakob von Gunten, El ayudante.
.
Pero esta música apacible encierra también tonos sombríos. Y es que ¿cómo se pueden conservar la libertad y la dignidad en esta vida, siendo como es ésta la oportunidad que se nos ofrece de ver y conocer el mundo, pero que a la vez tiene sus frías exigencias? Porque si los personajes de Walser son diestros para errar sin rumbo, sin responsabilidades ni ataduras, también son ineptos a fin de cuentas para todo lo que socialmente se considera sensato y práctico. Por la misma razón, el paseo se convierte en una mirada crítica al entorno, y no me refiero aquí al omnipresente entorno natural, sino al social y económico. Así, la mirada lúcida y distanciada del paseante, como vemos en todas las novelas de Walser, termina siendo un eficaz instrumento para desentrañar las relaciones humanas, en las que siempre, en una variedad infinita de proporciones, se mezclan la dominación (y por tanto la humillación) y la servidumbre. El hecho de que sus héroes pertenezcan al grupo de los que sirven a otros, de lo que a veces extraen un inquietante placer, hace de ellos seres siempre en camino de realizarse, en proceso de llegar a una consumación que nunca es completa. Y este rasgo walseriano les confiere una naturaleza apátrida, marginal y hasta subversiva.
.
Es muy difícil rastrear los antecedentes de la obra de Walser, que aparece ya madura y completa, sin los balbuceos que son propios de los autores en sus obras primerizas. Su mundo narrativo, pues, constituye una expresión propia en la que predomina la alegría de la vida, y que, si acaso, podría entroncar con los simpáticos holgazanes de nobles sentimientos esparcidos por el Wilhelm Meister y con el protagonista de Escenas de la vida de un tunante, de Eichendorff; o con el humorismo de Jean Paul. Tengo para mí que el mal que padeció no fue otro que un exceso de cordura, el cual tenía que resultar incompatible con cualquier sociedad humana. Así, el Robert Walser real, cual personaje ficticio de sí mismo, parecía llevar escrito ya su desenlace en este paseo por la vida: murió en la nieve un día de Navidad, en los alrededores del manicomio de Herisau, mientras paseaba.
.

sábado, 11 de septiembre de 2010

LECTURA POSIBLE / 11


DANTE MUSULMÁN

Hay un campo científico que hoy parece poco menos que abandonado y en el que investigadores españoles, o sus alumnos, han tenido una presencia destacada e incluso preponderante durante decenios: el arabismo. Caso excepcional en la esclerótica ciencia española, que en tantas otras materias, incluso en las que nos atañen más de cerca, ha tenido que ir mayormente a la zaga de hispanistas foráneos. Un arabista que removió las bases del conocimiento europeo del Islam, y de su relación con Occidente, fue el aragonés Miguel Asín Palacios (1871-1944), de quien, en el caso de que alguien se hubiera acordado de él, habría podido conmemorarse el aniversario de su muerte el pasado agosto.
.Asín era jesuita y catedrático de lengua árabe en la Universidad de Madrid. Fue miembro de la Real Academia Española y de otras instituciones, entre ellas la Hispanic Society of America, el Comité International d’Histoire des Sciences y la Academia Árabe de Damasco. En tiempos de Alfonso XIII formó parte de la Junta Constructora de la Ciudad Universitaria madrileña, y en 1939 le nombraron vicepresidente del Consejo Superior de Investigaciones Científicas. Su archivo y su biblioteca forman hoy parte de los fondos de la UNED.
.En su obra El Islam cristianizado (1931) estudió el vínculo entre una de las ramas del Islam, el sufismo, y la ascética cristiana del siglo XVI. Su Abenhazan de Córdoba y su historia crítica de las ideas religiosas (1932) es un esclarecedor estudio de la obra filosófica y poética del cordobés Ibn Hazm, quien, con motivo de la quema de sus libros en Sevilla, escribió: “Dejad de prender fuego a pergaminos y papeles, y mostrad vuestra ciencia para que se vea quién es el que sabe.” Asín fue también el traductor, y casi descubridor, del filósofo zaragozano Avempace, y no dejó de divulgar el conocimiento de la cultura hispano-árabe desde las páginas de la revista Al-Andalus, que fundó en 1933. Pero Asín Palacios fue sobre todo el causante de una agria polémica internacional desatada a consecuencia de la publicación de su libro La escatología musulmana en la Divina Comedia (1919), en el que defendía la hipótesis de que Dante “plagió” en su obra unos textos del murciano Ibn al-Arabi.
.Que Dante es, como suele decirse, uno de los pilares de la cultura occidental, como Carlomagno o Juana de Arco, es algo que está fuera de toda duda. A personajes así, también en nuestros tiempos, se les presupone una especie de incuestionable pureza de sangre no sólo física, sino también espiritual, pureza que excluiría naturalmente cualquier clase de mezcolanza o de influencia ajena, pues es bien sabido que ni la más mínima partícula extraña puede tener cabida en los cimientos de nuestra inmaculada civilización. ¿Se aceptarían un poco de sangre judía en Isabel la Católica o una ascendencia literaria árabe en El Quijote? Por las mismas (sin)razones los estudiosos italianos de la época de Asín Palacios pusieron el grito en el cielo al conocer su hipótesis, que además formuló con un alarde de rigor que a ellos les resultó ultrajante, por no decir herético. Pues La Divina Comedia, con su viaje simbólico por el cielo, el purgatorio y el infierno, no es sino “una visión cristiana del destino temporal y eterno del ser humano”. Con ella, por añadidura, Dante señaló el futuro curso del desarrollo de la literatura y hasta de la propia lengua italiana, que durante varios siglos habría de convertirse en el lenguaje literario de media Europa. A los contemporáneos de Asín les pareció inconcebible que su obra pudiera estar inspirada en la de un moro murciano.
.Ibn al-Arabi, filósofo, poeta y viajero, se educó en Sevilla, donde se familiarizó con el misticismo sufí. Recorrió Al-Andalus y después el norte de Marruecos, El Cairo, Jerusalén, La Meca, Bagdad, Konya y Damasco, donde murió, siendo hoy su tumba lugar de peregrinación para los musulmanes. En sus obras (más de doscientas) logró un compendio de la metafísica islámica, y, entre otras, se hizo eco de una tradición recogida en el llamado Libro de la Escala, en el que se narra lo que algunos discípulos oyeron contar a Mahoma respecto al viaje nocturno que realizó a los cielos e infiernos sobre una yegüa alada con cabeza de mujer, la cual era conducida por el arcángel Gabriel. A lo largo de su periplo conoció a anteriores profetas y tuvo ocasión de hablar con el mismo Dios, que le dictó los preceptos del Islam.
.
No es este el lugar para analizar las semejanzas entre el Libro de la Escala y La Divina Comedia, tarea en la que Asín Palacios fue pionero y que más tarde ha sido ampliamente continuada por los estudiosos. Lo cierto es que esta influencia, sin la que el florentino nunca habría escrito su obra, ya no se discute, en especial desde que se encontró una traducción provenzal del Libro de la Escala, así como otras traducciones de obras hispano-árabes que tuvieron divulgación en Florencia y que Dante conoció (descubrimientos, dicho sea de paso, hechos después de la muerte de Asín Palacios). Hoy sabemos que el autor de La Divina Comedia conocía a fondo el Islam, al menos lo referente a su escatología, y que estaba al corriente de los hechos de la vida del Profeta. Asín escribió: “En la misma corte de Federico de Sicilia –un hombre que hablaba árabe– nació la escuela poética siciliana, la primera que usó la lengua vulgar, y de la que arranca la tradición de la literatura nacional de Italia, imitando la moda de la brillante corte musulmana de España. Federico se rodeó de poetas árabes, espléndidamente pagados, que en su propia lengua arábiga cantasen el elogio de las empresas imperiales y deleitasen su espíritu con amorosas rimas”. Igualmente, es bien sabido que el maestro de Dante, Joaquín Difiore, buen conocedor de la obra de Ibn al-Arabi, se convirtió al Islam.
.
No existen las civilizaciones puras, excepto en las fantasías hitlerianas. Y, como escribió Asín, “es un hecho muy sugestivo para la Historia el contagio de ambas literaturas, cristiana e islámica, la convivencia de los trovadores árabes con otros cristianos que en la lengua vulgar naciente trataban de emularse”. Hoy es un hecho automático admitido, sin crítica, incluso sin reflexión, que hay una civilización occidental y cristiana y otra oriental e islámica. Una vez aceptado esto, es fácil creer que dichas civilizaciones están enfrentadas entre sí, y que la convivencia entre las mismas resulta poco menos que imposible. De este modo, la idea predominante que se sigue teniendo de Europa, en contra de toda evidencia científica, es la de un continente en el que reinaría una supuesta hegemonía religiosa y racial, y cuyas Historia y realidad podrían explicarse sin apelar a factores que no tuvieran sus raíces en la propia Europa; es decir: como si ésta se hubiera hecho a sí misma. Esto es lo que nos dicen. Sin embargo, quien así opina ignora por completo la realidad de casi un milenio de convivencia, de intercambio, de contagio y de mestizaje. Pretender separar hoy lo que corresponde a un lado de lo que corresponde al otro es, eso sí, tarea imposible.
.Es una lástima que el gobierno español, inventor del concepto de “alianza de civilizaciones”, pase por alto a Asín Palacios y su obra, cuya difusión en los centros de enseñanza sería en nuestro tiempo de la más saludable utilidad. Pero es que el jesuita aragonés, como otros muchos que han estudiado con seriedad el tema, no creía que lo cristiano y occidental y lo musulmán y árabe fuesen civilizaciones diferentes, y no sólo porque ambas proceden del mismo Libro, sino porque el lugar físico y espiritual en el que se han desarrollado es un espacio común rebosante de contacto vital y de influencia mutua. Más bien parece que lo cristiano y lo musulmán florecieron juntos, lo que quiere decir: en el mismo lugar y en el mismo tiempo, quizá porque lo uno no pudiera entonces, ni pueda ahora, vivir sin lo otro, lo que cabría recordar a cierto pastor norteamericano que en estos días ha decidido saltar a la fama anunciando la quema del Corán. A él también podrían dirigirse las palabras de Ibn Hazm: “Mostrad vuestra ciencia para que se vea quién es el que sabe”.
.
Aquí puedes leer un documentado artículo sobre la cultura musulmana y La Divina Comedia.

El libro de Miguel Asín Palacios La escatología musulmana en la Divina Comedia ha sido digitalizado por Google y puede consultarse en su Biblioteca de Arabismo.

A la editorial Hiperion se debe la última reedición en castellano del libro La escatología musulmana en la Divina Comedia (1984, 4ª edición).

domingo, 5 de septiembre de 2010

DISPARATES / 14

NOTICIAS PERDIDAS
.
Santiago Alba Rico, como guionista del mítico programa de TVE, La Bola de Cristal (1984-1988), dirigido por su madre, Lolo, intentó por medio de los Electroduendes despertar las conciencias, tanto infantiles como adultas. El programa fue suprimido pero Santiago continúa, mediante sus escritos y libros, haciendo una crítica de una sociedad cada vez más conformista y "acarajotada".

Santiago Alba Rico, Comité de Apoyo de Attac España, Público.

Entre el 1 y el 29 de agosto el diario Público reprodujo estas breves noticias inventadas por el autor que a veces parecen menos fantasiosas y desde luego mucho más reveladoras que las de nuestros periódicos. El último libro de Santiago Alba (Caballo de Troya, 2010) se llama precisamente Noticias y explota este formato para exponer y denunciar, como decía Kafka, “un estado del mundo y un estado del alma”; es decir, el capitalismo.

1 de agosto de 2010

SUCESOS

Otra vez el viento
Entra por la ventana y ordena los papeles

No parece cansarse nunca ni dejarse intimidar por requerimientos y amenazas. Se le creía vencido o al menos amainado, pero una vez más, burlando a sus perseguidores, el viento ha hecho una de las suyas.
Según nuestro corresponsal en Washington, ayer a las 13.00 h. Paul Hunter Jr., alto directivo del IDAF, abandonó su despacho para una comida de negocios. A sus espaldas, sobre las mesas y en los cajones de su oficina, dejó como siempre miles de cartas sin responder, cientos de peticiones olvidadas, una multitud de documentos acumulados durante años en confuso desorden. De pronto, el viento abrió la ventana y, ante la perplejidad de secretarios y ordenanzas, levantó, arremolinó y ordenó todos los papeles.
“Llevábamos años trabajando”, ha declarado Hunter. “El daño es irreparable. Ahora tendremos que empezar de nuevo a desordenar el mundo”.
Se ha informado de otros dos sucesos semejantes acaecidos a la misma hora. En Budapest, Rania Ionescu, huérfana de 13 años que pedía limosna en un semáforo, vio su rostro reflejado en el cristal ahumado de un Mercedes y se echó a llorar. Hacía mucho tiempo que no tenía peine. En ese instante el viento sopló sobre su cabeza, dividió limpiamente su pelo negro y se lo peinó en una apretada y alegre coleta.
En Manila, cinco soldados del ejército estadounidense habían pagado a Minelda Arenas, camarera de 25 años, para que se desnudase lentamente. De repente el viento entró por la ventana, le recompuso la camisa y le devolvió púdicamente la falda.
“No podemos permitir que el viento ordene nuestros papeles”, ha declarado Javier Solana.
“No podemos permitir que el viento peine a nuestras mendigas”, ha declarado Merkel.
“No podemos permitir que el viento vista a nuestras mujeres”, ha declarado Berlusconi.
“Antes de fin de año lograremos detener el viento”, ha prometido el jefe de la Interpol.

2 de agosto de 2010.

CULTURA
.
A las 16.30 en El Corte Inglés
Patricia Alvarado firma su obra

Nacida hace 43 años en Guatemala y afincada en Madrid desde el año 2007, Patricia Alvarado vio morir a sus padres, asesinados por el ejército, cuando sólo contaba 12 años. Esta trágica experiencia, junto a la separación de su hijo, al que no ha vuelto a ver desde que abandonó su país, han marcado todo su pensamiento, caracterizado por esos conocidos giros penumbrosos y esas personalísimas melancolías de jungla húmeda. Para algunos sus frases son demasiado duras y pedregosas y su visión del mundo contemporáneo, y de Europa en particular, de un pesimismo casi caricaturesco. Para otros, en cambio, su expresión habitualmente puntiaguda realza aún más esos momentos líricos, frondosos, jubilosos, igualmente típicos de su estilo. A veces parece que va a contraerse hasta la extinción y otras que va a expanderse hasta la floración.
Algunos aseguran haberla visto bailar merengue y regatón hasta las cinco de la madrugada en un bar de la plaza de Callao.
Algunos dicen que ama a Juan José, un albañil ecuatoriano que los sábados por la noche da candela a su cuerpo, con dedos y labios, sobre un colchón de gomaespuma.
Algunos la han oído reírse a carcajadas, en un locutorio de Lavapiés, mientras escuchaba una voz infantil procedente del Quiché.
Hoy firma su obra en El Corte Inglés, en la planta sexta, juguetes y complementos, en el aseo de caballeros. Allí, en la pared, a la izquierda del lavabo, en la hoja de Control de Limpieza, figura su nombre tembloroso, “Patri”, junto a la x que confirma que ha renovado el suministro de papel higiénico y de jabón.
Hoy, a las 16.30, Patricia Alvarado ha firmado su obra por última vez.

3 de agosto de 2010.

CRÓNICA

Sigue la polémica
¿Por qué no murió ayer Mirco Sandíbulo?

Todos están de acuerdo en afirmar que Mirco Sandíbulo, 52 años, comerciante de Hergesia (Filardia), no murió ayer. Pero no deja de crecer el debate acerca de las verdaderas causas de un suceso que, por lo demás, viene repitiéndose, día a día, desde 1958.
Según grupos de oposición, Mirco Sandíbulo salía de su casa a las 9 de la mañana, listo para empezar una nueva jornada laboral, cuando se detuvo un instante en el portal para ajustarse la corbata. En ese mismo instante, en el edificio de enfrente, Barrunón, uno de los francotiradores, cargó su fusil y apuntó al corazón del sr. Sandíbulo. El francotirador pulsó el gatillo y estuvo a punto de disparar. Pero en el último momento, cuando ya nadie podía salvar al comerciante, cambió de opinión y le perdonó la vida. Al parecer, esta misma situación se habría repetido todas las mañanas desde hace al menos 23 años. “Si Mirco Sandíbulo sigue vivo es porque Barrunón, el francotirador, cambia siempre de idea en el último instante”, sostiene Groug Dohak, secretario general del POUP. “Pero nada garantiza que mañana no vaya a disparar”.
Por su parte, el presidente de Filardia acepta como inexplicable el hecho de que Mirco Sandíbulo no muriera ayer, pero desmiente la existencia de los francotiradores. El propio Sandíbulo, consultado por este periódico, no cree en ellos y se burla de unos rumores que él atribuye a la voluntad desestabilizadora de los enemigos del gobierno.
La denuncia, en todo caso, ha sido escuchada en el exterior. Algunas investigaciones independientes han calculado que sólo en Hergesia, la capital del Estado, habría en torno a 183.000 francotiradores apostados en las azoteas y los tejados, siempre a punto de disparar.
“Es la única explicación posible de que toda este gente no haya muerto ya”, concluye el informe de la Agencia Integrada de Mortalidad Global.

4 de agosto de 2010

SOLIDARIDAD INTERNACIONAL
.
Gran descubrimiento del Fondo Monetario Internacional
“Afeitarse en Madrid reduce el hambre en el Tercer Mundo”
.
Hasta ahora sólo había podido probarse la conexión negativa entre el gesto de un dedo y la destrucción de un país. Pero por primera vez investigaciones del FMI permiten hablar de una “bomba atómica invertida” o “bombardeo curativo”; es decir, de la relación solidaria entre banales gestos cotidianos y las condiciones de vida de los menos favorecidos. Se puede también pulsar un botón, sí, y hacer reverdecer los árboles o multiplicar los panes y los peces.
Antes había que apadrinar un niño etíope a través de una cuenta bancaria. Sin gastos y sin esfuerzo, hoy podemos ayudar al Tercer Mundo manteniéndonos -por así decirlo- en nuestro propio cuerpo. “Fue un descubrimiento casual, como el de Newton”, dice Brian Discounter, economista del FMI. “Un día, mientras me rascaba el mentón, observé una mejoría en tiempo real de las cifras del deficit público en Senegal”.
A partir de ahí, los descubrimientos se sucedieron en cadena. Es verdad que no se pudo probar la relación entre el saludo militar en EEUU y el aumento de las cosechas en Indonesia, pero sí entre el afeitado a navaja en Madrid y el descenso de la desnutrición en Haití. “Hoy se ha demostrado la relación causal”, añade Discounter, “entre una decena de gestos occidentales y el alivio de la situación económica en Africa, Asia y América Latina”. Y añade: “Los países del sur de Europa, más expresivos, son sin duda los más solidarios: gestos como la higa o la manipulación de los testículos, tan típicos de España o Italia, han salvado ya miles de vidas en todo el mundo”.
“La riqueza gestual de los españoles durante la celebración del Mundial de Fútbol”, concluye, “ha aumentado la producción lechera de Mauritania y rebajado la mortalidad infantil en Gaza”.
Una empresa estadounidense reclama ya la patente del corte de mangas.

5 de agosto de 2010

ESPECTÁCULOS

Un caso insólito
Apareció donde todos lo esperaban

Ayer el sol, como todos los días, cambió su curso. Los ríos, como todos los días, cambiaron de cauce y dirección. Las casas, como todos los días, cambiaron de posición. Las sillas, como todos los días, cambiaron de forma y de color. Los políticos, como todos los días, cambiaron de opinión. Los periódicos, como todos los días, cambiaron los hechos. Los seres humanos, como todos los días, cambiaron de trabajo, de nación, de familia, de cuerpo. El mundo, como todos los días, cambió las especies, los continentes, la composición química del agua, de la sangre y de la arcilla.
“Es demasiado previsible ya”, se queja un espectador, “nunca sabes lo que te va a ocurrir”.
“Es un poco infantil”, asevera el conocido crítico Bretio Bertoldo, “del grifo sale un día salsa tártara, otro fuego, otro crin de caballo, otro un vuelo de palomas. Y detrás de la puerta de tu cuarto puede estar el Museo del Prado o una celda de Abu Ghraib”.
“Tardé diez años en volver a encontrar las llaves en el bolsillo”, se lamenta Gabriel Goldoni, conductor de ambulancia.
El llamado Ajuste Geológico Global, patrocinado por Monsanto y Coca-Cola y del que se cumple hoy un año, sólo ha dejado fuera algunas zonas del planeta.
En Bula Dakrur, suburbio de El Cairo, Ahmed Yahin, de 5 años de edad, rompió a llorar en mitad de la noche. Al lado de su cama, no apareció entonces Micky Mouse ni un elefante rosa ni la banda municipal; de repente, entró quien se esperaba: una mujer gorda y malhumorada, que hizo también lo que se esperaba. Regañó al niño, lo arropó y se lo comió a besos.
En Sintopía, un suburbio de Utopía, un hombre amasó deshonestamente una fortuna, invadió tres países, mató a miles de personas. No recibió por ello medallas ni acciones de la Shell ni la visita de una actriz desnuda. Ocurrió exactamente lo que se esperaba: entró el pueblo e hizo justicia.

Puedes leer más fragmentos del libro de Santiago Alba Rico en la página web de Attac Madrid.