viernes, 1 de julio de 2011

DISPARATES / 24


GRECIA, RUINA Y NEGOCIO (II)

Entrevista de la BBC al economista Vicenç Navarro

Quién tiene la culpa de lo que pasa en la economía griega. Por qué se ha llegado a esta situación.


La responsabilidad de lo ocurrido recae en dos grupos principalmente. Uno en las clases pudientes de Grecia, que han tenido excesiva influencia en el estado griego, y en consecuencia no han pagado los impuestos necesarios para que el estado griego pudiera atender a las necesidades económicas y sociales de Grecia. El fraude fiscal es enorme y ello ha forzado al estado griego a endeudarse profundamente, lo cual ha beneficiado a la banca, tanto griega como alemana y francesa.
Por qué la salida por la que optan las instituciones internacionales es la austeridad, las privatizaciones y los recortes sociales. Qué busca el gobierno y cuáles considera que serán las consecuencias.
La austeridad tiene como objetivo el conseguir los fondos públicos con los cuales pagar a la banca los intereses de la deuda pública. Es una enorme transferencia de fondos públicos de las clases populares a las clases adineradas de Grecia, y de Alemania y Francia, que son las propietarias de la deuda pública. Por otra parte, las políticas de privatizaciones fuerzan al estado griego a vender patrimonio nacional a precios ridículamente bajos. Estamos viendo una enorme compra de euros a nivel internacional con el objetivo de comprar propiedades en Grecia. Es un expolio del estado griego por la banca internacional. En realidad una de las causas de que el euro continúe siendo muy fuerte se debe a la gran demanda de euros que se necesitan para comprar las propiedades y servicios privatizados. Es escandaloso lo que está ocurriendo, como también es escandaloso que el nuevo director del Banco Central Europeo sea el director europeo de Goldman & Sachs cuando este banco estaba falseando las cuentas del estado en complicidad con los instrumentos políticos de los ricos griegos (las derechas) que gobernaban aquel país.
Qué otras opciones se podrían plantear al paquete de medias aprobado por el parlamento.
Una reforma fiscal profunda que es de improbable realización debido al enorme poder de las clases pudientes de Grecia. Por otra parte, el Banco Central Europeo tendría que comenzar a funcionar como un banco central en lugar de ser un lobby para la banca como lo es ahora. El Banco Central Europeo debería comprar deuda pública griega masivamente y convertirla en eurobonos. Y una tercera medida es establecer un programa de estímulo económico con fondos del estado griego, ayudados por la Unión Europea, exigiendo que la banca privada absorbiera parte de las pérdidas resultado de la restructuración de la deuda.
Da la impresión que más que a los griegos, la UE y el FMI buscan salvar a los grandes acreedores del estado griego que se dice son bancos, sobre todo de Francia y Alemania. ¿Son tan importantes los bancos como para tener que pagar cualquier precio para evitar que quiebren?
Es importante para la salud de las economías europeas que el capital financiero sea menos poderoso de lo que es. Hoy su poder es una de las causas de la crisis financiera y de la crisis económica. Es una vergüenza que las instituciones políticas no se atrevan a enfrentarse con las instituciones financieras. Los estados deberían establecer bancas públicas y debieran gravar la banca privada en términos mucho más acentuados que lo que está ocurriendo, con el objetivo precisamente de que se disminuya el excesivo porcentaje de beneficios procedentes de la banca. Se tendría también que gravar las entidades especulativas y eliminar los comportamientos de alto riesgo, y naturalmente prohibir los paraísos fiscales.
Lo de la suspensión de pagos en un estado parece recibir el tratamiento casi de anatema. Qué tiene de malo que un país como Grecia entre en default.
Si usted, lector, debe 10.000 euros al banco y no puede pagarlos, usted tiene un problema. Pero si usted debe 30.000 millones de euros al banco y no puede pagarlo, el banco tiene un problema. Y esto es lo que está ocurriendo ahora. Grecia tiene mucho más poder de lo que se cree. Los primeros en no desear la suspensión de pagos es la banca, que quiere decir, los ricos que depositan su dinero en la banca. La gran mayoría de población griega no tiene depósitos bancarios. Grecia debería utilizar la amenaza de suspensión de pagos a fin de obtener más concesiones de la banca.
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POR QUÉ GRECIA (Y ESPAÑA) NO SE RECUPERARÁN
Vicenç Navarro - ATTAC
El mayor problema que tiene la economía griega no es primordialmente de carácter económico o financiero. Es un problema político. Tiene que ver con el enorme poder que la banca ha tenido, y continúa teniendo, en la estructuración de la Unión Europea y de la Eurozona, así como en la génesis de la deuda pública de los países llamados despectivamente PIGS, cerdos en inglés, (Portugal, Irlanda, Grecia y España). Ahora bien, este poder de la banca ha contado con un gran aliado y cómplice: las clases más adineradas de los países de la Eurozona, incluyendo las de los países PIGS.

Veamos los datos, comenzando por las reglas que los bancos escribieron sobre las cuales se establecería la Eurozona. Estas reglas son las responsables de que Grecia nunca podrá (ni tampoco España) salir de la recesión a través de las políticas que se están siguiendo. Una fue que los Estados, al incorporarse al euro, perdieron el control sobre su propia moneda. Es decir, que en momentos de recesión (cuando la economía está estancada), el estado griego no puede devaluar la moneda y con ello poder abaratar sus productos y venderlos más fácilmente al exterior, recuperándose a base de ello. Suecia y Noruega, por cierto, se han recuperado de la recesión mucho mejor y más rápido que Finlandia, como consecuencia de que los dos primeros pudieron devaluar su moneda, lo cual no pudo hacer Finlandia al pertenecer al euro.

Otra regla es que, al integrarse al euro, los Estados dejaron de tener la potestad de imprimir dinero y establecer el precio del mismo. Cuando un país está en recesión, su Banco Central imprime dinero y/o abarata el precio del dinero, disminuyendo así los intereses bancarios, facilitando que tanto los ciudadanos como los empresarios puedan conseguir préstamos con los cuales consumir bienes y servicios e invertir, y así producir empleo y estimular la economía. Negarle al estado que tenga control sobre el crédito es imposibilitarle el poder estimular la economía. Una función de un Banco Central es, precisamente, la de garantizar el crédito, lo cual funcionó bien en la mayoría de países europeos hasta que llegó la moda neoliberal con el Presidente Reagan de EEUU y la Sra. Thatcher de Gran Bretaña, que hicieron creer a muchos gobiernos europeos que desregular el crédito era bueno para un país. El último caso que vimos fue Islandia, que conllevó un enorme problema, como también lo creó en los otros países que desregularon el crédito (que fueron la mayoría).

Y, por si fuera poco, la tercera regla era que un país no podía seguir políticas expansivas de gasto público. Es decir, un estado no podría gastar mucho para estimular la economía, pues el estado, según el criterio de Maastricht, no podía tener un déficit estatal mayor del 3% del PIB y una deuda publica mayor del 60% del PIB. Claro que el criterio no decía cómo debía bajarse el déficit para alcanzar el número mágico del 3%. Pero insistieron en que los estados bajaran los impuestos como manera de estimular la economía, considerando erróneamente que los ricos, que eran los máximos beneficiarios de los recortes de impuestos, consumirían más que ahorrarían (de hecho, invirtieron en sectores especulativos). Esta insistencia en que el estado bajara los impuestos no dejaba al estado otra alternativa que la de recortar el gasto público. Esto eliminó la posibilidad de que el estado pueda estimular la economía mediante, por ejemplo, inversiones en áreas de creación de empleo.

Estas tres reglas hacen muy difícil, casi imposible, para Grecia (y para España), salir de la crisis. En realidad, estas reglas fueron muy importantes para que la crisis se presentara en Grecia con la gravedad con laque se ha presentado.

¿Qué pasa en Grecia? La alianza de la banca con los ricos

Una característica de Grecia, que comparte con España, es que ha estado gobernada por la ultraderecha por muchos años. La dictadura de los coroneles fue (como lo fue también la dictadura de los generales en España) una dictadura de los ricos en contra de las clases populares. Ello ha determinado que los ricos no tienen la costumbre de pagar impuestos. El fraude fiscal ha sido enorme, consecuencia de la laxitud del estado, que ha continuado controlado por los ricos durante la democracia que siguió a la dictadura. En 2010 sólo 15.000 griegos, de un total de once millones de ciudadanos, declararon al estado ingresos superiores a 100.000 euros al año, lo cual contrasta con la existente concentración de la riqueza y de las rentas, visible en los suburbios de las ciudades griegas. Se considera que casi la tercera parte de la renta nacional (la poseída por los ricos en su mayoría) no se declara.

Ello ha forzado al estado griego a endeudarse hasta la médula para pagar los gastos del estado (en infraestructura y en servicios públicos, así como en gastos militares que significan una carga muy importante en el presupuesto nacional). Esta deuda recoge también la deuda incurrida por los gobiernos militares, no elegidos democráticamente, y cuyo gasto militar lo tiene que pagar ahora el estado democrático. Éstas son las causas de que el estado griego tenga un problema de déficit del estado (12% del PIB) y de deuda pública, todavía mayor (150% del PIB). Pero esta realidad quedó, en parte, ocultada por el estado con la ayuda del banco Goldman Sachs. El diario alemán Der Spiegel descubrió las ocultaciones de las cuentas nacionales que el estado griego (gobernado por las derechas) había realizado con la complicidad de aquel banco estadounidense (que recibió un pago por ello de 800 millones de euros). Es imposible que la Comisión Europea (cuya mayoría son de partidos de derechas), no lo supiera. Por cierto, el que era Vicepresidente para Europa del banco Goldman Sachs, que realizó operaciones financieras con el gobierno conservador griego para ocultar la situación real del déficit público del estado griego, el Sr. Mario Draghi será el nuevo Presidente del Banco Central Europeo, poniendo a la cabeza de este Banco (que es un lobby de la banca, en lugar de ser un Banco Central) a la persona que ayudó más al desfalco de las cuentas públicas del estado griego.

Cuando el gobierno socialista salió elegido descubrió estos problemas, indicando que el déficit y la deuda eran mucho mayores de lo que el gobierno conservador había indicado. El estado está enormemente endeudado. Los bancos alemanes y franceses, pero también los bancos griegos (donde los ricos griegos depositan su dinero) han comprado la deuda pública a unos intereses abusivos. Por cierto, la mal llamada ayuda a Grecia es para asegurarse que el estado griego pagará a tales bancos. Y la enorme austeridad impuesta a la población griega por parte del estado (77.000 millones de euros, de los cuales 28.000 millones serán en recortes de gasto público y 50.000 millones en privatizaciones del patrimonio nacional) es para poder pagar a los bancos.

El euro y la crisis

Este endeudamiento del estado griego es beneficioso para los bancos y también para los ricos que no pagan impuestos, forzando al estado a endeudarse aún más. Pero es también beneficioso para los ricos y para los bancos extranjeros, pues el estado se siente en la necesidad de privatizar sus propiedades (a unos precios irrisorios) con lo cual vemos una enorme demanda de euros por parte de bancos de inversión para comprar tales propiedades. En realidad, en contra de lo que constantemente se dice y se alarma, el euro está en muy buena salud (demasiado buena para los empresarios españoles que tienen problemas para exportar), y ello se debe a la enorme demanda de euros con los cuales se compra la privatización de los bienes públicos de Grecia (y de España). Véase el caso de las cajas de ahorros españolas, que se están vendiendo a unos precios muy bajos. Y todo ello con la ayuda del Estado. De ahí que las privatizaciones sean una estrategia impuesta por la banca a los países del euro como manera de conseguir la venta del patrimonio y servicios muy rentables de los países periféricos.

Vemos así como el enorme dominio de la banca explica que los estados periféricos estén estancados en su deuda sin poder salir de ella, lo cual no ocurre por incompetencia, sino por diseño, pues así consigue introducirse y conseguir mayor rentabilidad al comprar a precios muy bajos lo que antes era público. Cualquier lector de este artículo debiera indignarse. Por cierto, este artículo fue enviado a algunos de los medios de mayor difusión del país, ninguno de los cuales consideró oportuno publicarlo. Agradecería al lector que lo distribuyera lo más ampliamente posible.