martes, 5 de mayo de 2009

CAMPO DE TIRO


Una novela sobre la pervivencia del pasado.


CAMPO DE TIRO, la última novela de Martín Largo
En el final de la dictadura, un tiempo no tan lejano, la marítima y soleada ciudad de Navas, trasunto de aquella España, atrapa a sus habitantes en una atmósfera irrespirable. Con la dudosa voluntad de huir de esta tierra maldita, los trayectos de varios personajes se cruzan para volver a separarse: un desconocido que regresa clandestinamente tras salir de la cárcel; un psiquiatra que añora su juventud en Guinea; un hombre que ya ha anunciado el día de su muerte; su mujer, que busca en el amor un alivio a la frustración; un periodista ansioso por formar parte de la nobleza local... Sólo dos de ellos encontrarán en alguna lejana utopía una ilusión común.

La muerte bordea el difícil camino del futuro, de la esperanza.

MIS LIBROS


NOVELAS

El momento de la luna (Alfaguara, 1995) El momento de la luna es un triángulo. Todo comienza con un reencuentro casual, en una de esas insólitas coincidencias que las novelas copian de la vida. A partir de ese momento, los tres protagonistas (dos viejos amigos y la mujer de uno de ellos) quedan inmersos en un orden distinto. Sobre todo, en un regreso al pasado que los obliga a someter sus existencias a un nuevo examen. La pregunta que surge se la han hecho alguna vez casi todos los seres humanos: ¿han sido inútiles los últimos años? El momento de la luna es una novela profundamente literaria, vehemente, llena de hallazgos en la percepción de la realidad y del mundo interior.

El añil (Alfaguara, 1997) Un forastero, William Fairfield, se apea un día en la estación de un pequeño pueblo sin nombre. En él habitan, diríase que desde siempre, otros personajes: Ventura, Azucena... A partir de ese momento, la novela va penetrando, por parcelas, en la memoria de los personajes, en una bella acumulación de geografías coincidentes, un acorde de reflexiones y gestos. El añil, en definitiva, es un compendio de estructuras reflexivas, ricas y densas, un conjunto de narraciones cerradas sobre sí mismas que van perfilando el estado anímico e intelectual de los personajes y matizando con exquisita minucia las complicidades sociológicas, literarias y musicales que forman parte del bagaje cultural de nuestro siglo. Una novela de amor, pero de amor a la literatura.

La noche y la niebla (Alfaguara, 2000) Esta es una novela sobre el mal y su banalidad. Sobre el daño que, queriendo o sin querer, se ejerce sobre los otros y en el que tan pródigo ha sido el siglo XX. En el origen del asesinato con el que se inicia la historia de La noche y la niebla se encuentra, sin duda, la venganza y, posiblemente, los celos y el amor. Tenso y apasionado, con ingredientes de lo que podríamos llamar novela negra metafísica, este relato transcurre en una Europa que ha sido sacudida por las guerras y llega a la paz cansada del horror y del miedo. Igual que sus conmovedores personajes –un arquitecto frustrado, una mujer judía, un anarquista—, que se debaten entre la noche y la niebla tratando de comprender, buscando un puente entre ellos y su esperanza.

Campo de tiro (451 Editores, 2009) En el final de la dictadura, un tiempo no tan lejano, la marítima y soleada ciudad de Navas, trasunto de aquella España, atrapa a sus habitantes en una atmósfera irrespirable. Con la dudosa voluntad de huir de esta tierra maldita, los trayectos de varios personajes se cruzan para volver a separarse: un desconocido que regresa clandestinamente tras salir de la cárcel; un psuquiatra que añora su juventud en Guinea; un hombre que ya ha anunciado el día de su muerte; su mujer, que busca en el amor un alivio a la frustración; un periodista ansioso por formar parte de la nobleza local... Sólo dos de ellos encontrarán en alguna lejana utopía una ilusión común.


ENSAYOS

La judía de Toledo desde Lope de Vega hasta Franz Grillparzer. Prólogo: Ángel Gómez Moreno (Brand, 2000) A finales del siglo XIII, varios cronistas castellanos aluden por primera vez a un episodio de la vida de Alfonso VIII, que había muerto setenta años antes. Según la leyenda (o realidad), el rey había pasado siete años retirado de la corte y de las tareas del Estado, conviviendo con una judía que finalmente fue asesinada por los nobles de Castilla. Sirviéndose de las distintas reelaboraciones de la leyenda, el autor ha pretendido hacer la crónica del itinerario de Raquel en la literatura, desde las primeras versiones de Lope de Vega hasta la de Franz Grillparzer. Este recorrido por la leyenda lo es también por los estilos literarios que han caracterizado las metamorfosis de la tragedia. 

El escritor con la cámara. Max Aub, la novela moderna y el cine. Prólogo: Ignacio Soldevila (Biblioteca Valenciana, 2003) Intentar comprender hoy no sólo el sentido, sino también la forma de la obra de Aub, su discontinuidad, su riqueza semántica, su ritmo, representa entender la génesis de la novela moderna española, una manera de mirar el mundo que no llegó a crear una tradición, y que por tanto fue frustrada en parte, a causa de la guerra y el exilio. En relación a su obra, Aub escribió alguna vez que su única intervención había consistido en "poner la cámara", lo que nos hace pensar en el espacio de realidad que abarca el objetivo de una cámara, y en el nombre que se le da: campo 

RELATOS
Fuera de campo. Cuentos de cine, Ed. José Luis Borau (Alfaguara, 1996)
La escapada. 13 ciudades sin nombre (Punto de Lectura, 2003)
Interceptando el paso, Gregorio vuelve. A cielo abierto. Narradores de Castilla La Mancha. Ed. Francisco Gómez-Porro (JCCLM, 2003)

También soy autor de textos sobre música y literatura.

ALGUNAS RESEÑAS
"El añil es, pues, un viaje emprendido por el autor al reino de Joyce, ese paraíso donde las palabras están más allá de las imágenes que provocan y éstas se constituyen en sustancia explicable en sí misma. Una novela, en fin, difícil y bellísima, importante, de la que no se debe prescindir." Luis de la Peña, (El País)

"Destacan en Martín Largo la calidad de la prosa como propuesta narrativa, la presencia de otras artes (música, pintura, cine) en la percepción de la realidad, la relación entre la personalidad del autor y la de sus personajes, sin tratarse de novelas autobiográficas, la expresión de un mundo interior a través de los sentimientos, el pensamiento y los recuerdos, la relación entre literatura y vida." Juan Antonio Masoliver Ródenas (La Vanguardia)

"En lo formal su obra se caracteriza por la rigurosa elaboración estructural y estilística de unas novelas que han heredado de Faulkner y de Benet la primacía del discurso, su complejidad y abstracción, y su concepción simbólica del relato por encima de toda visión mimética de la realidad." Ángel Basanta (El Cultural)

"La noche y la niebla es un moroso deambular  por la tragedia que jalona el siglo XX, una novela volcada al análisis del mal y la reflexión sobre la culpa y las pasiones que impulsan los actos." Ana Rodríguez Fischer (ABC)

"Martín Largo ha soltado amarras, y lo ha hecho con valor, talento y honestidad de artista. Tiene la audacia de los Sterne. Pertenece a una clase muy especial de narradores, la de los pioneros de la lengua." Juana Salabert (El Mundo)

"Estudiando la tradición textual de un apasionante tema dramático, Martín Largo ha compuesto un libro muy bien documentado, que sabe combinar la crítica literaria con la perspectiva histórica en un relato bien programado, y de muy ameno y admirable estilo." Carlos García Gual (El País)

"A la manera de una muy peculiar novela de tintes negros, Martín Largo se recrea una vez más en su metafísica, de una capacidad reflexiva insólita por la credibilidad y solidez de sus categorías." Andrés Sánchez Magro (Reseña)

CRÓNICAS TOLEDANAS / 1


TOLETI DAEMONES

A 70 kilómetros de Madrid, en dirección sur, se encuentra la ciudad de Toledo, famosa en todo el mundo por su casco histórico, su Corpus Christi y su mazapán. Esta pequeña localidad también fue la cuna del compositor Diego Ortíz y de los actores Nicolás de los Ríos y Agustín Solano, que estrenaron obras propias y de Lope de Vega allá por el 1600, cuando en Toledo vivía Doménikos Theotokópoulos, llamado El Greco. A ellos, a Ríos y Solano, dedicó un hermoso homenaje el dramaturgo José Sanchis Sinisterra en su obra Ñaque, estrenada en Sitges en 1980 (nunca ha sido representada en Toledo).

Hace algunos años los mandatarios turístico-políticos intentaron exhibir a Toledo como Ciudad de las Tres Culturas, en referencia a las tres religiones monoteístas que convivieron en ella durante varios siglos. Hoy, sin embargo, parece que este impulso mercadotécnico ha caído en el olvido, arrasado por los fastos de conmemoración del Quijote y algunos proyectos asociados al mismo, entre ellos un parque temático del que tampoco se sabe nada, y que parece muy lejos de poder prosperar. Hoy día Toledo es una ciudad de pequeños comerciantes, hosteleros y funcionarios, y es lástima que no se haya tomado ninguna medida a tiempo para preservar la artesanía local, ya totalmente desaparecida, aunque los escaparates de los comercios estén repletos de burdas imitaciones que llaman mucho la atención de los turistas poco avisados.

A la vista de la Toledo actual es difícil hacerse una idea del papel representado por la ciudad en tiempos pasados, en su magnífica Edad Media, cuando el fraile cisterciense flamenco-francés Helinando escribió que los escolares del siglo XIII iban “a París a estudiar artes liberales, a Bolonia los códigos, a Salerno los medicamentos, a Toledo los diablos (toleti daemones)... y a ninguna parte las buenas costumbres”. Toledo fue centro de estudios de herejes, donde podían conocerse la magia, la alquimia y todos los saberes prohibidos. La liberalidad y amplitud de estos conocimientos puede calcularse de manera aproximada a juzgar por el empeño puesto por la Iglesia católica, en los siglos siguientes, para implantar en ella su poder omnímodo, uniformizando el pensamiento y las costumbres, y eliminando personas, instituciones e ideas que no se ajustaban a su Doctrina. Aquel siglo XVII que vio pasar por Toledo a Cervantes, a Lope, a Ortíz, a los actores Ríos y Solano, y a El Greco, fue el canto del cisne de una ciudad que ha sido minuciosamente violentada (por hogueras, mazmorras e instrumentos de tortura) y de la que se ha aniquilado el libre pensamiento, lo que equivale a la amputación fría y cuidadosa de una parte de su rica Historia.

Y esa amputación continúa. Al hasta hace poco cardenal primado Antonio Cañizares (promovido recientemente a un cargo de gran influencia en el Vaticano) le bastaron unas llamadas de teléfono a las otras autoridades locales, siempre a su servicio, para que se prohibiese la puesta en escena de Revelación, obra del dramaturgo Leo Bassi; de la misma manera fue prohibido un congreso laico que iba a celebrarse en la ciudad y que previamente había contado con el visto bueno del Ayuntamiento; y una cabalgata medieval que se celebró en el Corpus de 2008, día en que tradicionalmente, en época de Cervantes, se acostumbraba a estrenar comedias y representar mojigangas, suscitó esta declaración de Monseñor en la homilía de la misa celebrada en la catedral al día siguiente: «Pido que se respete la auténtica libertad religiosa». A lo que añadió su rechazo «de los verdaderos sarcamos y blasfemias con los que se agredió la fiesta del Cuerpo de Cristo». Además, «son muchos los insultos, los agravios, son muchas las ofensas que está recibiendo la Iglesia ante la pasividad de tantos, y no puede continuar esta situación». No es este el lugar para valorar los méritos de la citada cabalgata, ni los de la dramaturgia de Leo Bassi, ni los de los promotores de aquel congreso laico frustrado, ni los de tantas y tantas cosas que hubieran podido hacerse y nunca se hicieron, pero se me ocurre que la pretendida libertad (la suya) que predica Monseñor es parecida a la que Hitler y Stalin habrían esgrimido en defensa de su derecho a poner en práctica la Europa con la que ellos soñaban.

Y continúa. El pasado 4 de enero trece jóvenes de la Peña En Precario se reunieron en la Plaza del Ayuntamiento para dar a Monseñor una pequeña despedida de carácter festivo. Al acabar el acto, en el que no se registró incidente alguno, cuatro patrullas de la Policía Nacional y la Policía Local rodearon a los jóvenes y les ordenaron que se identificaran. Un mes después se les advirtió de que habían sido expedientados y de que podían recibir una sanción administrativa de entre 300 y 30.000 euros. Han pasado los meses y el expediente sigue en marcha, habiéndose creado una red de solidaridad con los expedientados.

A 70 kilómetros al sur de Madrid, en 2009, la oscuridad romántica de la que todavía quiere rodearse a Toledo, y que envuelve aquel pasado anterior a los monseñores, al turismo y al caos de circulación, no es tal. Sospecho que aquélla debió de ser una ciudad más luminosa que la de ahora, y si las obras de tantos, sus creencias, sus costumbres, han caído en el saco sin fondo de la leyenda, tan fácilmente convertible en olvido, es porque un poder que hace mucho no tiene nada de espiritual se ha consagrado, con infinito esmero, a la tarea de suprimir todo lo que estorbaba a su Historia oficial. Por eso es aconsejable hacer Historia y contar historias, para que no nos conviertan también, antes de tiempo, en leyenda.