jueves, 9 de febrero de 2012

VARIACIONES / 9

BALI, IDAS Y VENIDAS

Hay en todas las personas una parte de las músicas, y también los paisajes, las gentes y los libros que han conocido, y esa parte se enriquece con la utopía del viaje. El viaje más deseado, el de vuelta a una isla de la que no podemos recordar cuándo ni por qué fuimos expulsados, hoy no está realmente al alcance de nadie, pero no siempre fue así. Se considera 1889, año de la Exposición Universal de París, como el momento en que Occidente tiene el primer encuentro con la música balinesa, y a Debussy como su principal admirador. No era mucho lo que se sabía entonces de aquella remota isla de Indonesia que un explorador holandés había descubierto en 1597 y que desde unas décadas después formaba parte de esa red colonial llamada Compañía Holandesa de las Indias Orientales. Y tampoco era mucho lo que pudo saberse durante aquella exposición, más allá del deslumbramiento que debió producir en Debussy y en algún otro el contacto con aquella cultura que para Europa era completamente nueva.

En 1895 nacía en Moscú un alemán que, por caminos del todo imprevistos, iba a descubrir verdaderamente esa cultura, y en especial el gamelan de Bali. Walter Spies era hijo de un diplomático, y su corta vida estuvo llena de episodios novelescos, hasta su no menos novelesca muerte en 1942. Empezó por adentrarse en los Urales, dedicado a la pintura de paisajes y al estudio de los pueblos con que se iba tropezando. De vuelta en Moscú diseñó los decorados de algunas óperas y después se marchó a Berlín, donde expuso sus obras por primera vez y conoció a Oskar Kokoschka y a F. W. Murnau, al que convenció para que se fuera a Bora Bora a rodar Tabú (1931), su última película. Se embarcó en Hamburgo en 1923 rumbo a Jakarta, donde se ganó la vida como pianista de acompañamiento en películas mudas, y más tarde como director de la banda de música europea del sultán de Yogyakarta. Después de pasar unos años en Java, en 1927 se instaló en la aldea balinesa de Ubud. Transcribió para el piano algunas piezas tradicionales de gamelan y animó a los artistas locales a variar sus temas y a incorporar ideas de la pintura europea. Con el director de cine Friedrich Dalsheim escribió el guión de Insel der Dämonen (1933), primera película rodada en Bali. Unos años después, a causa de su homosexualidad, fue arrestado, y de nuevo lo arrestaron (esta vez por su condición de alemán) al iniciarse la guerra. Deportado por las autoridades junto a otros “enemigos”, el barco en el que viajaba fue alcanzado por la aviación japonesa frente a la costa de Ceilán, naufragando poco después. Se cuenta que los marineros holandeses no hicieron mucho por salvar a aquellos pobres deportados, ya que no recibieron “la orden” correspondiente.

Otro personaje aventurero había tenido entretanto ocasión de frecuentar a Spies en Bali. El canadiense Colin McPhee era compositor y musicólogo, había estudiado con Edgard Varèse y formaba parte de la vanguardia americana cuando escuchó en Nueva York unos discos de gamelan que habían sido grabados en Bali por las compañías Odeon y Beka bajo la supervisión de Spies. Estos discos de 78 r.p.m. formaban parte de una colección que se debía a la iniciativa del erudito Erich M. von Hornbostel, y estaban destinados en un tercio a la distribución en Europa y América, reservándose la otra parte para el mercado discográfico de Bali. Ahora bien, los textos que acompañaban a los discos estaban escritos en malayo y en balinés, y el mercado discográfico de Bali simplemente no existía (se comprende, por tanto, que el agente encargado de la distribución hiciera añicos todos aquellos discos invendibles, en un ataque de ira, unos años después). McPhee y su esposa se fueron a Bali para conocer más directamente aquella música. Él estudió el gamelan con el músico local Wayan Lotring, lo transcribió para el piano, empezó a escribir un libro (Music in Bali), se divorció y compuso algunas obras al estilo occidental influidas por la música balinesa. Una de ellas, estrenada en 1936 y escrita para dos pianos, celesta, xilófono, marimba y glockenspiel, es Tabuh-Tabuhan, que no hace mucho fue grabada por Leonard Slatkin al frente de la Sinfónica de la BBC.

A principios de los 40, McPhee se trasladó a Brooklyn e hizo amistad con Benjamin Britten, al que dio a conocer sus experiencias balinesas, de lo que resultaría el conocido interés del compositor inglés hacia esta música, que se plasmó en su ballet El Príncipe de las Pagodas (existe además una grabación en la que Britten y Mchpee interpretan algunas transcripciones para piano realizadas por éste durante su estancia en Bali). En 1946 McPhee publicó su A House in Bali, libro que hoy sigue siendo de utilidad para conocer la cultura de la isla, y más tarde se convertiría en profesor de etnomusicología en la universidad de UCLA. Murió en 1964 en Los Ángeles.

Hoy día, los poco escrupulosos métodos empleados por Spies y Mchpee son muy discutidos, en especial sus transcripciones del gamelan original para piano, con la consiguiente alteración de armonías y timbres, así como su descontextualización y occidentalización de la música balinesa. Sin embargo, no hay duda de que se debe a ellos el que el gamelan sea conocido y el que haya dado lugar a diversas obras que tratan (como la de Britten) de propiciar una fusión balinesa-occidental quizá imposible. Por otra parte, las matrices de los discos grabados en Bali en 1928 son estudiadas por los actuales músicos de gamelan en escuelas y conservatorios, y han ayudado a preservar una tradición que en tiempos se creyó perdida. También los detallistas cuadros de Walter Spies, llenos de los héroes y los mitos de Indonesia, se han revalorizado últimamente, encontrándose a veces en subastas y en galerías de arte.


Colin McPhee: Tabuh-Tabuhan, Toccata para Orquesta y dos pianos (Finale)

No hay comentarios:

Publicar un comentario