jueves, 10 de marzo de 2011

CRÓNICAS TOLEDANAS / 7


CAMBIAR O REPETIR

Hace aproximadamente dos años y medio mostré en otro lugar mi pesimismo en relación al pacto entre Izquierda Unida y el PSOE que propició en Toledo la conformación de un nuevo equipo municipal. Decía entonces que el cambio, a resultas de dicho pacto, era sólo aparente, y que constituía a todas luces un costoso sacrificio para la izquierda toledana, la cual, pese al incremento de su número de votos, iba a tener de hecho en los asuntos municipales una influencia menor que la que había disfrutado anteriormente. Manifesté asimismo mi opinión de que el bloque gubernamental en Toledo, como en el resto de España, es el que forman el PP y el PSOE, con independencia de que el poder ejecutivo esté transitoriamente más en las manos de unos que en las de los otros, y que ante semejante panorama IU se hallaba en el dilema de ser un triste convidado de piedra o ejercer una digna oposición.
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Creo que no sería exagerado afirmar que hoy ese malestar está muy extendido entre los votantes de IU. Cosa por lo demás muy predecible si tenemos en cuenta que ya antes del pacto toledano esa misma política había llevado a la izquierda a su casi total desaparición de las instituciones españolas, incluyendo ayuntamientos que tradicionalmente habían sido feudos de la izquierda, por ejemplo en la vecina comunidad de Madrid. Quienes en Toledo, desde la izquierda, alegaron entonces en defensa de dicho pacto que lo contrario equivaldría a instalarse en la marginación, olvidaron oportunamente que la marginación de la izquierda se había producido ya, y a causa precisamente de esa política de pactos defendida a ultranza por el anterior coordinador de IU, Gaspar Llamazares. A nadie puede sorprender, pues, que lo ocurrido en la izquierda a escala estatal, es decir: el progresivo aislamiento de sus representantes en las instituciones; el enrarecimiento de las relaciones entre la cúpula de IU y su militancia, así como con el entorno de sus simpatizantes, presente en los sindicatos y los movimientos sociales; la pérdida generalizada de ilusión y de confianza en lo político; y en general el extravío y la desmoralización de la izquierda; a nadie puede sorprender, digo, que tales cosas se hayan repetido en Toledo punto por punto, y que tal sea hoy, a grandes rasgos, el estado de la izquierda en nuestra ciudad.
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El resultado de este pacto es bien visible. Sin entrar en más comentarios, basta observar las denuncias de abusos inmobiliarios que se han registrado durante esta legislatura, y que son una perfecta continuación de las registradas en la legislatura anterior, cuando el gobierno municipal correspondía al PP. ¿Qué ha cambiado en Toledo con este gobierno “progresista”, aparte del deterioro al que se ha visto sometida la izquierda?
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Y sin embargo no podemos negar que algo ha cambiado. Llamazares ya no dirige IU, y no parece que el nuevo coordinador general vaya a avalar una ciega política de pactos con el PSOE, política que ahora, suponemos, será mucho más selectiva, circunscrita a aquellos municipios en los que tales pactos sean no sólo aconsejables, sino además posibles. A nivel del Estado, la conciencia de la necesidad de una izquierda saludablemente alejada del PSOE ha crecido, y no ha adoptado sólo la forma de un mayor cinismo hacia la cosa pública y una disminución en la voluntad de participar en la marcha de la misma, sino que también (lentamente, como es nuestra costumbre) ha empezado a dar frutos en un sentido diferente. La huelga general de septiembre pasado, y la que se convocó en enero sin el apoyo de UGT y CCOO, junto a la convicción, hoy mucho más extendida, del papel histórico que realmente le ha tocado representar al PSOE en este período (y que dicho partido representa con mucho gusto), han abierto una brecha que es más importante por su sola existencia que por su tamaño, ya que representa una novedad. Y en especial, entre el electorado de IU, ha terminado por cobrar forma el siguiente razonamiento: si, por los medios que sea, nuestro voto se ha de convertir de nuevo en un voto vergonzante al PSOE, es preferible la abstención. La reedición de esos pactos significaría un suicidio político que IU debe evitar por puro instinto de supervivencia y por la parte de responsabilidad que le corresponde en el mantenimiento de un mínimo de salud democrática.
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Hace dos años y medio, mi protesta contra el pacto municipal motivó un ingenioso comentario cuyo autor citaba a Sócrates y su consejo a un discípulo: “Hagas lo que hagas, te arrepentirás”. Tal parece que es la disyuntiva que podría volver a presentarse en mayo a los miembros de IU en Toledo. Sin embargo, ante la pasividad filosófica a la que nos abocarían ambas formas de arrepentimiento, existe un valor moral, y por tanto político, que es patrimonio de la izquierda y que se deduce de la reflexión acerca de lo ya experimentado: la autocrítica, faltaría más. Que el hombre es muy dado a tropezar dos veces con la misma piedra, incluso cuando el camino está lleno de ellas, es bien sabido. Pero ¿lo sabe IU? La izquierda, no lo olvidemos, es de por sí transformadora, lo que significa que comparte plenamente la creencia popular acerca de los caminos y las piedras. Y Sócrates también. Para empezar, no estaría mal que los dirigentes de IU en Toledo aclarasen antes de las elecciones si van a prestar otra vez sus votos al PSOE o si van a consagrarlos a hacer oposición. Su electorado lo agradecería.
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PETER BRUEGHEL (EL VIEJO), Parábola de los ciegos



7 comentarios:

  1. Cómo se ve que todos vamos preparando la campaña electoral. IU sabrá aprender de sus errores anteriores pero por mucho que su opción sea mínima quiza habría que tener en cuenta como sería si el PP ganara las elecciones municipales. Entonces, ¿qué cambiaría en Toledo?

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  2. Tienes razón, también confío en que IU sepa aprender de sus errores (por la cuenta que le trae).
    No sabría decirte qué cambiaría en Toledo con un alcalde del PP, probablemente no mucho. Pero sí creo que cambiarían algunas cosas en IU si dejara de asociarse con el PSOE. De entrada, se reencontraría con la mayoría de sus militantes, simpatizantes y votantes, y tendría libertad para criticar posibles irregularidades municipales, denunciar complicidades con ciertos empresarios de la construcción, señalar el incumplimiento de promesas electorales... Hacer, en suma, oposición, cosa que es muy necesaria, y no sólo en Toledo.
    Pero incluso antes de eso, ya sólo el hecho de que hubiera un debate dentro y en los alrededores de IU sería un buen principio.
    Un saludo.

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  3. Soy partidario de un pacto de gobierno siempre y cuando: se debata y se apruebe en asamblea abierta; se firme por escrito y el acuerdo se circunscriba a lo pactado; se tenga la "firmeza" de vigilar y cumplir lo pactado y si no pasarse a la oposición y sobre todo que contemple tus principales propuestas programáticas. A pesar de todo...

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  4. Para muchos la opción de votar a IU es votar a Psoe y no quieren, luego se abstienen. Otros piensan votar directamente a "Page": total para darle el voto indirecto se lo doy directamente. A algunos ex votantes del Psoe les pasa lo mismo, no quieren dar su voto a un partido que hace políticas de derecha y se abstienen. Pero en Toledo muchos votantes del PP ven a Page como buen gestor de los intereses de la derecha y le votarán. Así que el Psoe espera recoger votos de la izquierda y de la derecha. Decidir un pacto en asamblea abierta no tiene mucho sentido porque la elección del elector es previa.

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  5. jechozas: "Firmeza para cumplir lo pactado", creo, solamente puede tenerla quien sabe con seguridad que está respaldado al cien por cien por quienes le han puesto en ese lugar. Y me temo que un cargo electo de IU, en las circunstancias actuales, no va a tener dicha certeza ni en sueños. A mi modesto entender, la debilidad de IU (cuando pacta) viene de ahí, del hecho de que sus cargos electos no tienen ni pueden tener la seguridad de estar haciendo lo que se espera de ellos. De esto se beneficia el PSOE, que naturalmente lo de aprovecharse de las debilidades ajenas es algo que tiene muy claro.

    Y tienes razón, José Luis. La asamblea abierta no es algo que encaje muy bien con el estado de cosas de ahora mismo. Tal vez, con otra ley electoral, con otros medios de comunicación, con otra forma de entender la política, con otros criterios... Alguna vez habrá que empezar a cambiar todo eso, digo yo.

    Saludos.

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  6. Solo dos cosillas. En primer lugar, puntualizar que la huelga de enero fue convocada en el País Vasco y Galicia por ELA y CIG y que según las informaciones que nos han llegado parece que fueron bastantes exitosas, con manifestaciones masivas en las dos comunidades. En segundo lugar decir que cuando Izquierda Unida estaba en la oposición tenía libertad para criticar lo que estaba ocurriendo en Toledo, desde que "ayuda a gobernar" poco, por no decir, nada, interesante a salido de su boca. Lamentablemente me pregunto: ¿tendré que dejar de vota a IU para que se escuche mi voz?

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  7. Pues si esperan a perder al electorado para empezar a escucharlo... Acabo de leer que en Asturias "el Frente de la Izquierda mantiene sus candidaturas frente a las políticas antisociales PSOE-IXunida" (larepublica.es). Parece que se avecina un cisma. ¿A quién beneficiaría?

    Saludos.

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