miércoles, 3 de julio de 2013

DISPARATES / 76

NUEVAS LECCIONES DE ECONOMÍA NEOLIBERAL

“Todo lo que hace aumentar la abundancia de un país contribuye a abaratar la mano de obra, donde se maneje bien al pobre. Pues lo mismo que se debe evitar que pase hambre, conviene impedir que reciba nunca lo bastante para poder ahorrar. El interés de todas las naciones ricas consiste en que la mayor parte de los pobres no puedan estar desocupados casi nunca y que, sin embargo, gasten continuamente lo que ganan. En una nación libre, en la que no se permite la esclavitud, la riqueza más segura consiste en una multitud de pobres laboriosos. Para hacer feliz a la sociedad y tener contentas a las gentes, aun en las circunstancias más humildes, es indispensable que el mayor número de ellas sean, al tiempo que pobres, totalmente ignorantes”.

“Es un hecho muy conocido que la escasez alienta la industria y que el trabajador que puede satisfacer sus necesidades trabajando tres días semanales, permanecerá ocioso y embriagado el resto de la semana. En los condados donde hay manufacturas, los pobres no trabajarán nunca más horas de las que necesitan para alimentarse y atender a sus gastos semanales. Podemos decir sin temor que una reducción de salarios en las manufacturas laneras sería una bendición y una ventaja para la nación”.

“Es muy nocivo permitir que la gente se acostumbre a comprar trigo a un precio demasiado bajo. El resultado es que se vuelven menos trabajadores, gastan poco en el pan que comen y se hacen perezosos y presuntuosos. Los años de abundancia los granjeros tienen dificultades para encontrar trabajadores y siervos y son muy mal servidos por ellos”.

“Los verdaderos imposibilitados e inválidos absolutos (pobres verdaderos) son muy pocos. Para cada uno de éstos hay cien pobres voluntarios. La caridad es la reina de las virtudes, pero si se aplica mal es un seminario del ocio y una escuela de holgazanería. El trabajar es cuesta arriba. El holgar y vagabundear con seguridad de sopa y sus cuartejos al paso para vino y tabaco es vida muy licenciosa”.

“Es muy importante para el pobre que nadie pueda considerar la limosna como un fondo sobre el que pueda contar. El pobre debe dedicarse a ejercitar sus propias fuerzas, desplegar todas su energía y toda su previsión, y considerar sus virtudes como su único recurso, considerando que si llegan a faltarle los otros medios de socorro no son más que un objeto de esperanza”.

Autores: Bernard de Mandeville (1670-1733), Adam Smith (1723-1790), François Quesnay (1694-1774), Manuel Mª Gándara (1801-1878) y Thomas R. Malthus (1766-1834)

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